En un mundo donde la prisa y las distracciones son parte de nuestra rutina diaria, la alimentación consciente se presenta como un refugio de salud y bienestar. Este concepto, arraigado en la atención plena, nos invita a conectarnos con nuestra comida de una manera más profunda y significativa. En este artículo, explicaremos qué es la alimentación consciente y cómo puede contribuir al bienestar integral de nuestro cuerpo y mente.

La alimentación consciente, también conocida como «mindful eating», es una práctica que se basa en prestar atención plena a lo que comemos y cómo lo comemos. En lugar de consumir alimentos de manera automática y sin pensar, la alimentación consciente nos invita a estar presentes en cada bocado. Esta forma de percibir la alimentación no solamente implica estar más atentos y sentir toda la experiencia, se basa en tres factores fundamentales: 

  • Atención plena: En lugar de distraernos con el teléfono, la televisión o el trabajo mientras comemos, la alimentación consciente nos anima a centrarnos completamente en la comida. Observamos sus colores, olores, texturas y sabores.
  • Escucha al cuerpo: Aprender a reconocer las señales de hambre y saciedad es esencial en la alimentación consciente. Comemos cuando tenemos hambre real y dejamos de comer cuando estamos satisfechos, evitando el exceso de comida.
  • Saborización: Disfrutar de cada bocado y apreciar la comida en su plenitud es una parte fundamental de esta práctica. Se trata de no solo alimentar nuestro cuerpo, sino también nuestra mente y alma.

Sus beneficios se extienden a múltiples aspectos de nuestro bienestar integral, nutriendo tu cuerpo de manera más saludable y cultivando una conexión más profunda con nosotros mismos y el mundo que nos rodea. Los aspectos de la salud que se ven beneficiados son los siguientes: 

  • Mejora la digestión: Al comer más lentamente y masticar adecuadamente los alimentos, se facilita la digestión y se reducen problemas gastrointestinales como la acidez estomacal.
  • Control del peso: Al estar más conscientes de las señales de hambre y saciedad, es menos probable que comamos en exceso, lo que puede contribuir a un peso corporal saludable.
  • Reducción del estrés: La alimentación consciente puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad al enfocarse en el momento presente y dejar de lado las preocupaciones.
  • Mejora la relación con la comida: Al prestar atención a nuestros patrones alimentarios, podemos identificar y cambiar hábitos poco saludables, como comer emocionalmente.
  • Mayor aprecio por la comida: Al practicar la alimentación consciente, desarrollamos una mayor gratitud por los alimentos y la naturaleza, lo que puede llevar a elecciones más conscientes y sostenibles en nuestra dieta.

Como todo hábito, incluyelo paso a paso y progresivamente lo irás adaptando a tu cotidianidad. Come sin distracciones, apaga la televisión, el teléfono y el ordenador durante las comidas, tómate tu tiempo para masticar cada bocado y saborear los sabores, selecciona alimentos nutritivos, y por último, antes de comenzar tu comida, toma un momento para agradecer por los alimentos y la energía que te proporcionarán.

Ahora, toma tu delicioso plato, siéntate en un espacio cómodo y disfruta plenamente de la comida.