Debido a que son bajas en carbohidratos y son hiperproteicas, o bajas en proteínas, estos dos tipos de alimentación, se comparan a menudo a pesar de tener algunas diferencias. 

La ausencia de cereales, legumbres y derivados, que son las principales fuentes de carbohidratos en una dieta típica, es por tanto uno de sus muchos puntos en común.

En ambos casos, el alto contenido en proteínas favorece la saciedad, lo que ayuda a perder peso. Sin embargo, hay diferencias significativas entre la dieta ceto y la dieta paleo, no sólo en cuanto a los alimentos que permiten incluir en un menú habitual, sino también en cuanto a los procesos metabólicos que se producen en nuestro cuerpo y sus principios subyacentes. 

Se centra en la ingesta de alimentos que podemos recolectar, cazar o pescar, y se inspira en la forma de comer de nuestros antepasados cazadores-recolectores, que gozaban de una gran salud y se alimentaban totalmente de alimentos no procesados, tal como en la época paleolítica.

Es decir, permite una gran variedad de alimentos frescos como frutas y verduras, tubérculos y raíces, semillas o frutos secos, carnes en general, sobre todo carnes magras porque antes los animales se criaban en la naturaleza, pescados y mariscos variados.

Las aceitunas son los únicos productos mínimamente procesados que se incluyen en una dieta paleo, junto con los aceites de coco y de oliva, el coco rallado, la mantequilla de coco y la leche de coco sin azúcar. Junto con las semillas y los frutos secos, ya que todas estas opciones aportan grasas saludables.

A diferencia de la paleo, la ceto o cetogénica prohíbe el uso de cualquier fruta o verdura con alto contenido en carbohidratos, incluidos los tubérculos o raíces en general. En su lugar, sólo se permiten los frutos grasos como el aguacate y las aceitunas.

Debido a que intenta fomentar la cetosis, o la creación de cuerpos cetónicos, que es lo que finalmente ayuda a perder peso a expensas de la grasa, rápidamente, los carbohidratos se reducen al mínimo absoluto, casi se eliminan.

Aunque se aconseja evitar los alimentos procesados y ultraprocesados cuando se sigue la dieta cetogénica, se pueden consumir siempre que no incluyan azúcares o carbohidratos.

La principal diferencia 

Por lo tanto, podemos concluir que el porcentaje de carbohidratos en cada una de las dietas paleo y cetogénica es su principal distinción.

Mientras que fuentes de esta vitamina como las frutas, verduras, tubérculos y raíces están permitidas en la dieta paleolítica, están absolutamente prohibidas en la dieta cetogénica, junto con derivados como los granos y las legumbres.

Mientras que la dieta cetogénica requiere el desarrollo de cuerpos cetónicos y permite las carnes procesadas sin carbohidratos en su interior, obviamente no son recomendables. La dieta paleo original excluye cualquier tipo de alimento ultra procesado.