La medicina convencional suele centrarse en el tratamiento de la enfermedad, mientras que la medicina integrativa se centra en optimizar la salud y prevenir la enfermedad.
Los profesionales de la medicina integrativa trabajan para comprender a la persona en su totalidad y todos los factores que influyen en la salud y la enfermedad. Esto incluye factores físicos, psicológicos, sociales, espirituales y ambientales.
Los profesionales de la medicina integral utilizan una variedad de terapias tanto de la medicina convencional como de la alternativa para tratar a sus pacientes.
El objetivo de la medicina integrativa es ayudar a las personas a alcanzar su estado óptimo de salud y bienestar.
Origen de la medicina integrativa
La medicina integrativa nació a mediados de la década de ‘90 en Estados Unidos como respuesta a la creciente demanda de los pacientes de un enfoque más natural y menos invasivo de la atención médica.
Aunque la medicina integrativa es una filosofía relativamente nueva, sus raíces se encuentran en la tradición de la medicina natural, que se remonta a miles de años atrás.
La medicina integrativa se basa en la idea de que la atención médica debe abordar el cuerpo, la mente y el espíritu de una persona, y no sólo los síntomas de la enfermedad.
Proporciona un enfoque más completo y personalizado de la atención médica, utilizando tanto la medicina convencional como la alternativa para tratar a los pacientes.
Algunas de las terapias utilizadas en la medicina integral son la acupuntura, la aromaterapia, la fitoterapia, la homeopatía, la medicina china, la medicina ayurvédica, la reflexología y el yoga.
La medicina integrativa se ha convertido en una de las principales tendencias de la atención médica en todo el mundo, y cada vez más hospitales, clínicas y centros de salud ofrecen este enfoque de la atención médica.
Principios de la medicina integrativa
Cómo ya hemos mencionado anteriormente, los principios de la medicina integrativa son los siguientes:
- Un enfoque en la salud y el bienestar, no sólo en la enfermedad.
- Centrarse en el individuo como un todo y no sólo en sus síntomas.
- Una asociación entre el paciente y el médico.
- Atención personalizada.
- La conexión entre la mente, el cuerpo y el espíritu.
- Hace hincapié en la prevención.
- Métodos de tratamiento holístico.
- Uso de terapias convencionales y alternativas.
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