“Es poner la mente en blanco”, “Es para hippies”, “Es solo para personas religiosas”, “Es muy raro”, “Me va a cambiar”, “Necesito irme al pico de una montaña para lograrlo”, “Es para gente relajada”. Estas son algunas de las cosas que pensábamos nosotras sobre la práctica de meditación, antes de realmente conocerla. Puede ser que algo de lo que lees resuene contigo y esto está bien pero presta atención y sigue leyendo porque si hay algo en lo que sí creemos hoy en día, es que todo el mundo debería meditar, entonces cambiar esos mitos puede ser lo que necesites para comenzar tu práctica.

“Meditar es poner la mente en blanco”, una de las creencias más comunes pero más alejadas de la realidad. Primero, poner la mente en blanco es imposible. La mente está hecha para pensar y esta práctica no va a cambiar eso. No se trata de poner la mente en blanco, se trata de observar tus pensamientos y sensaciones. En la práctica de meditación te conviertes en la conciencia que observa y reconoce absolutamente todo lo que pasa, sin emitir juicios, es decir, sin ponerle etiquetas a cualquier pensamiento o sensación que observes y sin reaccionar, con reaccionar nos referimos a caer en el ciclo natural de los pensamientos, en donde uno te lleva a otro y a otro y así sucesivamente. Con el ciclo de los pensamientos nos referimos a: pensaste en que tienes que ir al automercado, eso te llevó a que la otra vez había mucha cola, y ese que el señor en la cola era bien cómico, y así sucesivamente. En la meditación te vuelves el observador, entonces cuando ves que caíste en ese sin fin de pensamientos eres capaz de reconocerlos y volver al momento presente. 

Otro mito interesante que hace unos años nos hubiese impedido comenzar esta práctica, es que la meditación es ¨para hippies¨ o que es una práctica que te va a poner en un modo pasivo ante tu vida. La realidad es que este puede ser el caso para alguien que tenga esa intención pero si ese no eres tú, pues puede ser la herramienta que potencia todas tus capacidades y habilidades. Habíamos asociado esta práctica con perder la ambición y las aspiraciones, resulta que lo que más nos ha dado es la claridad para seguir alcanzando nuestras metas, solo que ahora lo hacemos con muchísima más conciencia. Porque la meditación te permite elegir entre cuando estar con la mente tranquila y cuando estar activo. La mente necesita ese descanso para poder funcionar al máximo.

También hay muchas personas que creen que la meditación es un acto religioso, si es cierto que la práctica se origina como un ritual de la religión budista pero con el pasar de los años se ha modernizado y hoy en día es una forma de entrenamiento mental, de desarrollar una infinidad de habilidades para no dejarse llevar por la mente. Aunque si quieres desarrollar esta práctica como un momento de conectar con tu espiritualidad también es completamente recomendado, es importante saber que espiritualidad y religiosidad son dos cosas totalmente distintas. La meditación se va convirtiendo en una práctica necesaria para tu vida en distintos aspectos. Lo que aplicas al momento de la meditación trasciende a todos los aspectos de tu vida. 

Existe muchísima teoría sobre la meditación y el mindfulness pero no hay nada que se compare a la práctica. Es más, el cuerpo en muchas ocasiones entiende las cosas antes de que la mente las pueda poner en palabras y es por eso que en La Cazazen creemos que lo mejor es comenzar a meditar y ya. Poco a poco, a medida que vayas haciendo de esta práctica parte de tu rutina, vas a ir reconociendo esa conciencia y todos esos conocimientos en diferentes áreas de tu vida.

Lo más importante de la meditación es que se convierta en un hábito porque así como no corres un maratón de un día para el otro, tampoco se reentrena tu mente en una sola sesión. La meditación se convierte en parte esencial de tu rutina y la única forma de que este hábito se mantenga es que comiences pequeño. Minuto a minuto, respiración a respiración.

La Cazazen